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miércoles, 16 de febrero de 2011

¿La Desaparición de Israel?

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Desde que se hiciera público el plan “Mapa del Camino” muchos al parecer han pronosticado la desaparición completa del Estado de Israel. Y esto pudiera aplicarse a cualquier otra nación del orbe, pero no al caso de Israel. Existe algo que garantiza que la desaparición no suceda.
El origen de Israel data 4.000 años desde los tiempos de Abraham, Isaac y Jacob, hasta finalmente, la creación del moderno estado de Israel. Con gran juicio sobre Egipto, Dios liberó de la esclavitud a Israel conduciéndole hacia la tierra de Canaán. Desde entonces, y por más de 3.500 años, la presencia de judíos ha sido permanente en la tierra de Israel. Prosperaba la tierra junto al judío viviendo en ella, siendo abundante en todas sus manifestaciones de vida. Al Dios expatriar el pueblo de Israel a las naciones, esta misma tierra llena de vida se tornó estéril, desértica y vacía. Nunca nación o pueblo alguno ha sido capaz de revitalizar esta tierra; y es que ninguna otra nación ha amado y deseado tanto la tierra de Israel como el pueblo judío. En realidad, solo cuando los judíos en las postrimerías del 1800 empiezan regresar a ella, es que los demás países comienzan a mostrar interés - la tierra no revestía relevancia o importancia para ellas- por la tierra de Israel (ver Levítico 26:35).
Día a día, con los judíos, la tierra de Israel ha vuelto a reverdecer. Pantanos y desiertos florecen ahora con frondosos árboles y animales hermosos. Literalmente, los montes de Judea y Samaria emiten gritos de alegría, y el tibio sol vespertino resplandece el Golán. Y es que la tierra de Dios, la tierra de Israel, responde exclusivamente a la gente de Israel. no se pueden separar el uno del otro. Es un pacto eterno. Durante largos siglos, esta magnifica tierra permaneció árida y estéril ansiando a sus legítimos dueños, esperando el día maravilloso en que Dios traería de vuelta a Su Pueblo tal como fue predicho por Sus profetas.
Paralelamente, razas y pueblos han querido detener y destruir los que regresan a Israel. Algunos, incluso habitantes de Israel, quisieran ver a Israel cediendo lo que le es por derecho. Muchos piensan que al entregar y abandonar Israel su tierra, traerá consigo la desaparición plena del pueblo judío. Nada más alejado de la realidad. Olvidan que Dios proféticamente habló de manera reiterada sobre el regreso de Su pueblo a la tierra donde viviría para siempre. En toda la Escritura abunda este mensaje y delante de nuestros propios ojos somos testigos del cumplimiento de las profecías de Dios.
Sin temor y con muchísimo valor, hombres y mujeres creyentes fieles de Israel, se mantienen firmes. No esperan la redención ofrecida por el llamado Cuarteto (EE.UU., Rusia, Naciones Unidas y Unión Europea) o el resto de las naciones del planeta. Los creyentes no temen a estas naciones. Es al Dios de Israel al que temen. La Palabra del Santo de Israel es lo único que afianza y sostiene día a día a este pueblo habitando en medio de la tierra de Israel.
Israel fue creado y elegido por Dios por medio de Su Palabra, Por esta Palabra, Israel ha podido existir en el terrible exilio o diáspora por espacio de 2.600 años. Por esta Palabra es que Israel ha regresado a su hogar: la tierra de Israel. Y concretamente, por esta misma Palabra, es que Israel continuará eternamente su existir. No importa lo que señalen, declaren o hagan los agentes políticos de Jerusalén, Washington, Moscú o Londres, Dios mantendrá en Su memoria al judío fiel habitante de Su tierra. Aunque disguste al mundo o sea impopular, no dejará de ser un hecho que el pueblo de Israel es el escogido de Dios y la tierra de Israel es el lugar donde Dios habitará para siempre (Ezequiel 43:7).
“Mientras palpite el corazón de un alma judía, y rumbo al oriente dirija la mirada. No estará perdida aún nuestra esperanza, esa esperanza de dos mil años, de ser un pueblo libre en nuestra tierra, la Tierra de Sión y Jerusalén” Hatikvah (La Esperanza – Himno Nacional de Israel)
“Así dice el SEÑOR, el que da el sol para luz del día, y las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar para que bramen sus olas; el SEÑOR de los ejércitos es su nombre: Si se apartan estas leyes de mi presencia--declara el SEÑOR-- también la descendencia de Israel dejará de ser nación en mi presencia para siempre. Así dice el SEÑOR: Si los cielos arriba pueden medirse, y explorarse abajo los cimientos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron--declara el SEÑOR”. (Jeremías 31:35-37)
[ Publicado: 12 Junio 2003 ]


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