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domingo, 13 de febrero de 2011

Constantino: Un Anti-Cristo

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 "Constantino: Un Anti-Cristo"
Mucho se escribe y se habla del "anti-Cristo". Una muy común interpretación del libro de 2 Tesalonicenses 2:4 señala que el "anti-Cristo" tomará asiento en el templo reconstruido de Jerusalén para desde allí gobernar al mundo. Es por esta única razón que con frecuencia se advierte a los cristianos a no participar en las actividades concernientes a la construcción de un posible tercer templo en Israel.
Sin embargo existe un punto de vista alternativo a la palabra expresada por el apóstol Pablo a la iglesia de los Tesalonicenses. Cada vez que Pablo hace mención a la palabra "templo" en el Nuevo Testamento se refiriere a la iglesia del Señor. Pablo siempre ve a la iglesia como "templo de Dios". Por lo tanto es posible que un futuro líder del mundo "tome asiento en el templo de Dios" si asume autoridad sobre la iglesia y controla la posición y directrices de ella. Mucho más sutil que dirigirse o ir a Jerusalén a usurpar una posición dentro de un templo reconstruido. Nosotros creemos y sostenemos que ha habido un precedente histórico de tal acontecimiento, el cual ocurrió cuando el emperador Constantino en el año 325 D.C. planeó, orquestó y concentró lo que hoy se conoce como el primer Concilio o conferencia general de la iglesia en Nicea.
Bases Históricas Del Concilio De Nicea
Producto de la corrupción interna e invasiones externas, el Imperio Romano comienza su caída en el siglo tercero D.C. Durante este tiempo, la iglesia ampliamente se desarrollaba por todo el imperio. Congregaciones y centros de creyentes lograban establecerse en las ciudades. Los obispos ejercían control sobre cada iglesia local reconociéndose cinco centros regionales principales de esta autoridad: Roma, Efeso, Antioquia, Alejandría y Cartago. De hecho, la iglesia en cierto grado se había convertido en un "estado dentro del estado", y aunque Decio (249-251) y Diocletiano (284-305) promueven una gran persecución en un intento por destruir la iglesia, ocurrió todo lo contrario. La iglesia creció, fortaleció y siguió adelante.

Al ascender como emperador, Constantino concibe la iglesia como espina dorsal de un imperio que se desmoronaba.

Al ascender como emperador, Constantino concibe la iglesia como espina dorsal de un imperio que se desmoronaba. Constantino toma la medida de legalizar el Cristianismo convirtiéndola en religión oficial del imperio. La suerte y fortuna de la iglesia cambiaría repentinamente. Derechos y propiedades regresarían a manos de la iglesia, mientras obispos y pastores que habían sufrido el largo período de persecución se harían ahora merecedores a pensiones gubernamentales y leyes propiciatorias aprobadas a fin de consolidar y robustecer el nuevo papel y posición de la iglesia.
Para lograr cabalmente la visión Constantina, la unidad en la iglesia se hizo absolutamente esencial. Para desgracia del emperador, en ese entonces se suscita el famoso conflicto Ariano. Ario, presbítero de Alejandría y escritor, plantea la creencia de que Jesús era "un ser creado". El obispo, Alejandro, discrepa de la posición asumida por Ario y produce un agudo conflicto entre las diferentes corrientes de pensamiento de los creyentes. Dicho conflicto se extiende por todo el imperio amenazando con generar un cisma en la iglesia. Obviamente, la ruptura o división atentaría y destruiría la función nueva prevista para la iglesia por el emperador Constantino.
Fuertemente amenazado Constantino emprende una acción sin precedentes organizando una asamblea o cumbre de obispos de todo el imperio a objeto de lidiar y ocuparse de la cuestión teológica y resolver en forma definitiva el conflicto. El emperador Constantino hace una invitación personal a los obispos para que asistan a la conferencia, cubriendo además los gastos de transporte y manutención por meses. Al convocar la máxima reunión, Constantino deja muy claro sus expectativas y metas personales a ser alcanzados y define incluso la responsabilidad que tienen los obispos ante la sociedad. Por último, al concluir los dictamines del concilio de Nicea, Constantino hace entrega a los obispos de "valiosos" regalos y obsequios en su despedida y regreso a casa. Constantino ejecuta y exige el cumplimiento de los resultados arrojados por el concilio de Nicea hasta el punto de sentenciar a muerte a cualquier persona que se descubra en posesión del material escrito por Ario. Todo lo anterior fue instrumentado por Constantino emperador de Roma fungiendo como líder indiscutible secular del mundo. Constantino no formaba parte oficial de la iglesia en ese tiempo y como líder secular, Constantino "se sentó" en medio de la iglesia para gobernar sobre ella, y con ello, usurpa la posición que le corresponde exclusivamente a Jesús el Mesías, legítimo "Señor" de la iglesia; por consiguiente, Constantino es un "anti-Cristo".
Presagio Del Ultimo Anti-Cristo
¿Será posible que podamos vislumbrar en el futuro la repetición del mencionado incidente protagonizado por el emperador Constantino? ¿Habrá hoy un concilio general de la cristiandad convocado y dirigido por un líder secular mundial? ¿Será lo anterior el cumplimiento de la visión dada por Pablo en la segunda carta a los creyentes de Tesalónica? Nosotros sostenemos que no solamente es posible, sino que en realidad es extremadamente probable.

Tenemos razones para pensar que este próximo o futuro gobernante "global" será como Constantino.

El apóstol Juan registra en el capítulo 13 del libro de Apocalipsis una bestia de siete cabezas gobernando sobre el mundo. Una de estas cabezas representa la Roma del tiempo de Constantino. Pero Juan profetiza que otra cabeza se levantará eventualmente para reinar el planeta entero. Tenemos razones para pensar que este próximo o futuro gobernante "global" será como Constantino. Por otro lado, Juan también describe otra "bestia", la bestia religiosa, cuya función es hacer que todos adoren o sirvan a la primera bestia.
En las Escrituras, cuando se habla del término "bestia" se habla de un imperio. Lo más próximo a un imperio global o mundial en el concierto actual de las naciones es la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Aunque representantes de todos los países miembros integran y participan de una Asamblea General, el verdadero poder se lo reserva el denominado Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, controlado alternadamente por cinco miembros permanentes. Sin embargo, es necesario destacar que el verdadero poder se reserva hoy a un único y exclusivo país o "superpotencia".
¿Podemos esperar la creación o formación de una organización religiosa mundial similar o bajo el esquema de las Naciones Unidas? ¿Quiénes serían las "naciones" o denominaciones religiosas integrantes? ¿Tendría un ente o cuerpo semejante al "consejo de seguridad"? ¿Si tal organización se formase, podría usted prever el líder que "tomará asiento" o posición de autoridad sobre este consejo? Será un "anti-Cristo" usurpando la posición del Mesías Jesús como Rey y Señor de las naciones. Es lo que creemos será el cumplimiento más probable de la profecía dicha por Pablo a los creyentes Tesalonicenses.
Cuídese de no participar o pertenecer a dicha organización religiosa mundial. Las consecuencias son eternas.


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